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Investigación

Vacunas y drogas target: los avances que acorralan al cáncer de mama

En un 40% se redujeron los desenlaces fatales de esta enfermedad que tuvo su peak a fines de los 80 en EE.UU., según la Asociación Americana para la Investigación en Cáncer. Es parte de una revolución terapéutica de la cual entregamos sus principales pistas.

Los controles mamográficos y otros exámenes diagnósticos han ayudado a detectar en forma cada vez más precoz el cáncer de mama, tumor que registró 5.393 nuevos casos el 2018 y causó el mayor número de muertes entre las chilenas: 1.688, según datos de Globocan.

La buena noticia es que los nuevos tratamientos, como las drogas “target” o dirigidas y otras que refuerzan las propias defensas del paciente, están cambiando la cara de la enfermedad.

«En un tumor lo que manda es su biología” -dice el doctor Jorge Gallardo, médico oncólogo de la Clínica INDISA. Esto significa que ciertos genes o algunas moléculas resultan fundamentales para atacarlo con éxito. Por eso: “la medicina personalizada busca identificar la característica biológica que posee un cáncer en particular para tratarlo con la droga precisa”.

Esta vacuna apunta a la naturaleza del tumor. Su estudio es muy prometedor, porque trata de identificar la proteína HER2 en tumores incipientes»

Doctor Jorge Gallardo (Clínica INDISA)
Doctor Jorge Gallardo.

Los casi 21 mil expertos que participaron en la reunión 2019 de la Asociación Americana para la Investigación en Cáncer (AACR), en la ciudad de Atlanta, EE. UU., realizaron un balance de esta medicina de precisión. Aquí presentamos los puntos más destacados.

Estrógeno positivo

Es la forma más común y tratable de este tumor. Las terapias para el receptor de estrógeno han jugado un importante papel en bajar su mortalidad. El problema es que este cáncer reaparece años después de que incluso la paciente parece estar curada. Cuando sucede, es más difícil que responda al mismo tratamiento. Aquí la revolución apunta a nuevas terapias blanco, como palbociclib, ribociclib y abemaciclib, que han mejorado la sobrevida, aunque -eso sí- sólo algunas mujeres responden a ellas. ¿La solución? Investigar nuevos fármacos aún más personalizados.

“El problema del cáncer receptor estrógeno positivo es su posterior recaída. Con las terapias target se logra tanto evitar su progresión, como ganar una mayor sobrevida global en quienes tienen un cáncer avanzado o metastásico. Es decir, no se cura, pero se controla. Esto ha sido reconocido por prestigiosas publicaciones, como la revista británica The Lancet, por ejemplo”, explica el doctor Gallardo.

HER2-positivo

Por muchos años el cáncer de mama provocado por el oncogén HER2 fue considerado letal. El descubrimiento de trastuzumab revolucionó su tratamiento, aunque no todas las pacientes se beneficiaron de igual manera. Así vemos que desde la aparición de esta droga, en 1998 , se han descubierto otras también enfocadas en el HER2 que hoy se usan combinadas o en cooperación con quimioterapia.

Ilustración: Clínica Mayo.

En ocasiones se aplica la llamada terapia neoadyuvante, es decir, aquella que se administra antes de la cirugía. Si la paciente responde bien, necesitará un tratamiento menos agresivo, de lo contrario recibirá uno más potente.

Este cáncer en particular es protagonista de llamativas innovaciones: la Clínica Mayo (EE.UU.) está investigando una vacuna contra la proteína responsable de su desarrollo (HER2), y que se encuentra en la mayoría de las mujeres con un cáncer de mama que no es invasivo llamado “carcinoma ductal in situ”.

“Esta vacuna apunta nuevamente a la naturaleza del tumor, es decir, a su composición molecular. Su estudio es muy prometedor, porque trata de identificar la proteína HER2 en tumores incipientes. Lo complejo va a ser identificar a las pacientes de alto riesgo, para inmunizarlas como medida preventiva. En todo caso, no es algo que veremos en el corto plazo”, advierte Gallardo.

Triple negativo

Corresponde a los tumores que no tienen receptor de estrógeno, ni de progesterona, ni tampoco de HER2. Al no tener estos blancos terapéuticos no se pueden atacar con las terapias personalizadas disponibles. Por eso, el único tratamiento hasta ahora era la quimioterapia. Un panorama poco alentador que cambió gracias a los avances de la inmunoterapia, es decir, aquellas drogas que vuelven a activar las defensas del propio organismo para que eliminen las células cancerosas: a comienzos de este año, la FDA aprobó el primer tratamiento de este tipo para pacientes con cáncer de mama triple negativo avanzado o metastásico. Se trata de atezolizumab, una droga que apunta a la proteína PD-L1.

“Se trata de un cáncer muy difícil de tratar, para el que sólo existían fármacos citotóxicos, dice Gallardo. Con estos avances, hoy se abren nuevos caminos para las mujeres con cáncer avanzado triple negativo. Eso sí, como ocurre con todos los casos de medicina personalizada, el problema es el costo de los tratamientos”.

Pero, de nuevo, no todas las pacientes responden a esta inmunoterapia, por lo que se siguen investigando nuevas drogas.

Otro camino son las drogas PARP: una familia de proteínas clave en la reparación del ADN, en la estabilidad de los genes y en la muerte celular programada. El año pasado, la FDA aprobó el primer inhibidor PARP, olaparib, para tumores triple negativos causados por mutaciones en los genes BRCA1 o BRCA2. El por qué algunas mujeres responden bien y otras no, es materia de estudio.

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