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La joven Henrietta. Crédito foto: Science Photo Library.
Elegido del editor

Cómo una enfermedad mortal convirtió a Henrietta Lacks en la mujer más inmortal de todas

En el Mes Contra el Cáncer Cervicouterino recordamos a la paciente cuyas células -extraídas de este tipo de tumor sin su consentimiento- fueron las primeras cultivadas indefinidamente. Esta es una historia de inequidad, pero también de esperanza.

Supongamos que unos científicos llegan a su casa y le dicen que su marido o esposa está en un laboratorio desde hace 25 años. Como si fuera algo rutinario, los desconocidos agregan que, gracias a esa persona, han realizado miles de experimentos y ahora desean tomar muestras de sangre a sus hijos para investigar una enfermedad llamada cáncer.

   Para hacer todo más perturbador, usted ya enterró y lloró al ser querido.

    ¿Cómo reaccionaría?

    Esta es la “historia que entendió» David Lacks, esposo de Henrietta, la mujer que la ciencia de Estados Unidos transformó en la donante (involuntaria, claro) de la primera línea inmortal de células humanas o, en otras palabras, de las primeras células capaces de dividirse indefinidamente en un laboratorio. La línea celular recibió el nombre de He-La, por las iniciales de su nombre de casada.

Henrietta Lacks | MY HERO
El matrimonio Lacks.

Decimos “la historia que entendió”, porque el encuentro de David con los científicos en su casa ubicada en una comunidad afroamericana de Baltimore, fue un verdadero choque cultural.

Una colisión entre dos mundos que hablaban distintos idiomas y manejaban códigos diferentes: el marido de Loretta Pleasant -nombre de soltera de Henrietta- nunca había escuchado la palabra célula, pero allí estaban esos doctores blancos hablándole de genes y de cultivos de tejidos que jamás morían.

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   Henrietta Lacks era mujer, afroamericana y pobre.

    Sus padres la dejaron al cuidado de los abuelos en una casa donde debió compartir de niña habitación con su primo David, con quien terminó casada y teniendo cinco hijos. Este hogar había sido una barraca de esclavos propiedad de su bisabuelo, un hombre blanco.

elegimos el homenaje de la OMS a Henrietta Lacks como el hecho destacado de 2021 porque refleja el espíritu de la nueva etapa política que inicia nuestro país, donde el diseño de un sistema de salud más justo resulta prioritario»

CancerLATAM

   Henrietta murió en octubre de 1951 en el Hospital Johns Hopkins debido a un agresivo cáncer cervicouterino. Tenía apenas 31 años y llegó a convertirse en símbolo, tanto de la inequidad en salud como de mala praxis.

Por entonces, no estaban bien definidos los protocolos de consentimiento para la investigación clínica con pacientes, ni menos para la utilización de sus tejidos. De más está decir que casi siempre corría por cuenta de los más vulnerables contribuir a la ciencia de manera altruista.

   Su caso es tan icónico que incluso hoy, cuando enfrentamos la pandemia de Covid-19, nos recuerda las enormes grietas de acceso sanitario que persisten en perjuicio de las comunidades marginadas.

El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus recibe a la familia de Henrietta Lacks en un diálogo especial en la sede de la OMS en Ginebra.
El director de la OMS, Tedros Adhanom, junto a familiares de Henrietta. Su hijo Lawrence Lacks recibe el reconocimiento.

   Recién el año pasado la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió otorgar un reconocimiento póstumo a Henrietta y así reparar en parte la deuda de la comunidad médica y científica con una mujer que, sin saberlo, contribuyó de manera decisiva al avance de la medicina.

   Apenas nos enteramos de este gesto de la OMS, en CancerLATAM no dudamos en elegirlo el hecho más destacado del 2021; incluso por sobre la puesta en marcha de la Ley Nacional del Cáncer promulgada en 2020.

    ¿La razón? Esta reparación histórica refleja de muchas formas el espíritu de la nueva etapa política que inicia nuestro país, donde el diseño de un sistema de salud más justo y solidario aparece como una de las prioridades indiscutidas.

   En todo este proceso, la información resulta clave.

   Ya en el taller latinoamericano para periodistas científicos, el presidente de la Comisión Nacional del Cáncer, doctor Bruno Nervi, insistió en que la educación es crítica para terminar con la brecha: un chileno con baja escolaridad tiene 10 veces más posibilidades de morir debido a un tumor que alguien con estudios superiores. (1)

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    Las células conseguidas del tumor que causó la muerte de Henrietta han sido utilizadas en la creación de la vacuna contra la poliomielitis; en entender los mecanismos que usa el virus VIH-SIDA para infectar a su huésped; en el desarrollo de varios fármacos oncológicos y también para enfermedades como el Parkinson. Sin contar con su aporte decisivo a la inmunización contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) que provoca el tipo de cáncer que desarrolló la señora Lacks. (2)

Dr Nono Simelela (@DrNonoSimelela) / Twitter

es inaceptable que el acceso a la vacuna contra el VPH esté condicionado por la raza, origen étnico o lugar de nacimiento. Le debemos a Henrietta Lacks y a su familia un acceso equitativo»

Doctora Nono Simelela (OMS)

  La línea celular He-La también fue usada en las investigaciones que consiguieron en tiempo récord sacar adelante varias vacunas clásicas contra el virus del Covid-19 (3).

   Como vemos, tan infinita como la vida de Henrietta han sido sus aportes para una mejor salud de los habitantes del mundo entero. Pero esta contribución también enriqueció a las industrias cosméticas, farmacéuticas y de biotecnología, sin que llegara un solo dólar a la familia Lacks.

  Sus hijos ni siquiera tuvieron acceso a un seguro médico, mientras miles de muestras He-La viajaban por el mundo abultando fortunas. El caso de su hija Elsie resulta ilustrativo: murió a los 15 años en una institución mental para afroamericanos, donde fue víctima de maltrato y mala praxis.

  Esta historia de abusos fue en parte subsanada en 2013, cuando sus descendientes consiguieron cierto control de la línea celular He-La.

George Otto Gey
Retrato del Dr. George O. Gey, quien logró reproducir por primera vez una línea de células humanas «inmortal».
Crédito: Portrait Collection The Johns Hopkins Medical Institutions.

Mientras todavía esperan justicia, el director de la OMS, Tedros Adhanom encabezó la ceremonia de reconocimiento; un gesto que intenta la reparación con la paciente y su familia, pero también con la comunidad afroamericana y con todos quienes aún sufren la brecha de inequidad en prevención, diagnóstico y tratamiento de cualquier enfermedad.

   Un ejemplo:

   “Es inaceptable que el acceso a la vacuna contra el VPH esté condicionado por la raza, el origen étnico o el lugar de nacimiento. Esta (inmunización) se desarrolló utilizando las células de Henrietta Lacks y, aunque se tomaron sin su consentimiento ni conocimiento, ha dejado un legado que podría salvar millones de vidas. Le debemos a ella y a su familia el lograr un acceso equitativo a esta vacuna innovadora”, dijo con motivo del homenaje, la doctora Princess Nothemba «Nono» Simelela, líder del programa estratégico de la OMS para la eliminación del cáncer cervicouterino.

   Todavía quedan muchas interrogantes sobre el caso. Cabos sueltos a partir del día en que el doctor George O. Gey (4) logró reproducir infinitamente células humanas, gracias a que la línea He-La puede originar una generación completa en apenas 24 horas.

Hito que, a pesar de lo poco científico del término, varios investigadores celebraron en su momento como “un milagro de la medicina”.

   Aunque sabemos que en esta historia el auténtico milagro es cómo una enfermedad mortal convirtió a una mujer en la más inmortal de todas.

(1) Estudio del Foro Nacional del Cáncer en conjunto con el Departamento de Salud Pública de la Pontificia Universidad Católica. Fue la Fundación Foro quien organizó el taller latinoamericano para periodistas científicos.

(2) La vacuna contra el VPH es parte del Plan Nacional de Inmunizaciones del Minsal desde 2014. Chile ha tenido un destacado manejo a nivel mundial con este programa, incluso durante la pandemia de Covid-19.

(3) En las investigaciones realizadas en cultivos para producir la vacuna contra el SARS-CoV-2 que causa el Covid, se han usado varias líneas celulares, entre ellas la He-La. Los científicos partieron usando estas células, pero pronto observaron que el virus no las infectaba bien, hecho que otorgó pistas clave sobre cómo actuaba el nuevo patógeno.

(4) El doctor Gey no buscó enriquecerse y regaló muestras de He-La a quién le pedía: su intención genuina era encontrar una cura para el cáncer. Guardó en secreto el nombre de la paciente hasta su muerte.

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