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Cáncer de vejiga en el norte: hoy se puede enfrentar alta mortalidad

Tras 20 años sin novedades, la inmunoterapia mejora el pronóstico de este tumor. Entre los factores de riesgo figuran el tabaquismo, la edad avanzada, ser hombre y la exposición a productos químicos como el arsénico.

No está en la primera línea de los tumores más frecuentes. Y quizá por eso, la elevada tasa de mortalidad del cáncer de vejiga en nuestro país pasa inadvertida: ocupa el 11° lugar de incidencia con 1.546 nuevos casos anuales pero, según reportó la agencia de la OMS Globocan el 2020, en igual periodo provocó la muerte de 691 chilenos. Es decir, casi la mitad de las personas diagnosticadas falleció.

Se trata del tumor más común de las vías urinarias y afecta a cuatro hombres por cada mujer. Esto significa que estamos, a nivel global, ante el sexto cáncer más pesquisado en pacientes de sexo masculino, mientras que, en algunos países como Estados Unidos, escala al cuarto lugar.

los pacientes tratados con inmunoterapia redujeron en 31% su riesgo de morir»

Doctor Lee Jae Iyun ( Asan Medical Center)

   Para contrarrestar este avance es bueno recordar a la población, que existen medidas para prevenirlo. La primera, dejar de fumar, ya que el tabaco está estrechamente relacionado con el cáncer de pulmón, pero también tiene un fuerte vínculo con el de vejiga. En su aparición, además, influyen las infecciones urinarias crónicas, así como la exposición a sustancias químicas cancerígenas.

   “En Chile, por ejemplo, en la región de Antofagasta es donde existen más casos de este tipo de tumor por su posible asociación con la presencia de minerales como el arsénico en el agua”, explica el doctor Jorge Arancibia Canales, oncólogo de Clínica RedSalud Valparaíso.

   Esta relación fue establecida en un estudio chileno-estadounidense del año 2013 que constató que las personas de esta zona del norte de nuestro país, expuestas durante años a altos niveles de arsénico, tenían cuatro veces más cáncer de pulmón y de vejiga que la media nacional. Para Antofagasta la incidencia registrada por el Minsal “es de 20,6 por cien mil habitantes, contra apenas 2,3 en la de O’Higgins”.

para estos pacientes resulta vital otorgar un diagnóstico oportuno y un tratamiento adecuado a la brevedad»

Doctor Jorge Arancibia Canales (Clínica RedSalud Valparaíso)

   La cantidad de este agente mutágeno (arsénico) está hoy en los estándares aceptados por la OMS, pero sus efectos aún se hacen sentir. La mortalidad en la zona por esta enfermedad es de 8,6 por cien mil habitantes, mientras que a nivel nacional es de 4,2 en hombres y 1,7 en mujeres. Por esto, más allá de tener un buen control de contaminantes del agua, también se necesitan otras herramientas para frenar esta enfermedad.

   “Hoy resulta vital otorgar un diagnóstico oportuno y un tratamiento adecuado a la brevedad”, agrega el doctor Arancibia.

   Pues bien, hace unos meses surgió una noticia alentadora. Se trata de una inmunoterapia, la primera novedad en tratamiento de los últimos 20 años para esta patología.

    El médico oncólogo coreano, Lee Jae-lyun, encargado de probarla en pacientes, presentó sus beneficios a principios de noviembre:

    “Los enfermos tratados con avelumab redujeron en 31% su riesgo de morir, y aumentaron en más de siete meses su sobrevivencia”, informó este investigador del Departamento de Oncología del Centro Médico Asan de Seúl.

   El progreso que ofrece esta terapia ya se encuentra disponible en nuestro país. Está indicada para el tratamiento de mantención de las personas con cáncer de vejiga localmente avanzado, inoperable o metastásico, después de haber recibido quimioterapia basada en platino. 

   «Es importante este avance. Es un golpe a la cátedra porque comenzó a romper con el mal pronóstico que tenían estos pacientes. Es el primer tratamiento que ha impactado en la sobrevida general. En la oncología actual es muy relevante poder contar con un fármaco que brinde estos buenos resultados”, explica el doctor Arancibia.

A esto hay que sumar que se trata de una terapia que detiene el cáncer con menos toxicidad para el paciente y mejor calidad de vida. Esto porque «tiende a ser bien tolerada, sin los clásicos efectos adversos como caída del cabello y náuseas», concluye el doctor Arancibia.

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