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Investigación

Las bacterias digestivas ayudarían a combatir tumores

Se trata de microorganismos de distinto tipo que, en cantidades de miles de millones, habitan el intestino. Ahora se sabe que pueden cooperar para que los nuevos tratamientos sean más eficientes.


Durante los últimos años, las terapias contra el cáncer han mejorado en forma dramática. Se trata de medicamentos innovadores que han extendido la sobrevida de los pacientes desde unos pocos meses hasta varios años, dependiendo del tipo de tumor.

Pero los resultados han sido irregulares. Mientras algunos enfermos han continuado con sus vidas sin mayores contratiempos de salud, otros logran prolongarlas poco o casi nada y a veces sufriendo efectos adversos.

Para cambiar esto, los científicos estudian los llamados “biomarcadores”, que son moléculas características de cada tumor. Conociéndolas, ellos pueden predecir si un tratamiento determinado será eficiente o no.

Pero ahora la ciencia ha vuelto sus ojos a otros factores del paciente que influyen en los resultados de la terapia. Se trata de las bacterias que habitan en el intestino del paciente, las cuales conforman la llamada “microbiota”. En una persona adulta normal, sólo el tracto gastrointestinal puede albergar entre 500 y mil especies diferentes de microorganismos, y algunos científicos estiman que es tal su importancia, que no dudan en identificarlo como un “órgano” más de nuestro cuerpo.

Hoy se sabe, por ejemplo, que estos microorganismos influyen de manera importante en si la persona tiene un sistema inmune bueno o deficiente. Alguien que tiene una cantidad de bacterias digestivas “buenas” suficiente, sufrirá de menos alergias o de inflamaciones del sistema digestivo, por ejemplo.

Factor decisivo

En el caso del cáncer, se conoce la asociación de ciertas bacterias con algunos tipos de tumores, como el de colon o el de estómago. Además, la evidencia revela que este factor puede alterar a los tratamientos oncológicos haciéndolos menos eficientes. Este es el caso de algunos microorganismos del intestino que reducen la potencia de ciertos fármacos que se toman vía oral.

Otro ejemplo es el de algunos pacientes con las defensas bajas. En ellos puede ser recomendable no usar antibióticos y, en su lugar, dar probióticos o bacterias buenas, que potencian el efecto de los medicamentos antitumorales sin dañar la inmunidad de la persona.

El tema ha sido objeto de una detallada revisión por parte de revistas científicas como The Lancet.

Se trata de un nuevo y esperanzador enfoque que podría ayudar a prevenir la aparición de tumores, así como a brindar una mejor calidad de vida para muchas personas afectadas por esta enfermedad. Sin contar con que se potenciaría el efecto de los tratamientos y se reducirían los posibles efectos adversos.

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