Las esperanzas del año 2020 para enfrentar el cáncer (capítulo II)

En esta segunda parte del especial que CancerLATAM preparó para el Mes Mundial contra la enfermedad, seguimos con los avances más promisorios en pruebas genéticas y también en prevención: peso adecuado, actividad física y un contingente de «microbios buenos» en nuestro cuerpo.
Diagnóstico y test genético
Otro avance importante lo traerán las pruebas genéticas, “que nos ayudan a entender mejor qué genes comandan el crecimiento de determinado tumor y cuáles definen la aparición de resistencia al tratamiento”, explica el doctor Jorge Gallardo, profesor Emérito de Oncología Latinoamericana y médico de la clínica Indisa,
Se trata de exámenes aún costosos, pero de gran importancia para decidir terapias personalizadas y que, por ejemplo, puedan evitar que una mujer con cáncer de mama se someta a una quimioterapia con variados efectos secundarios si es que el test predice que un fármaco citotóxico no es efectivo para su tipo de cáncer (genoma del tumor).
En el caso de las inmunoterapias, la doctora Sharma anuncia el uso de “paneles de biomarcadores” que combinan la información del sistema inmune de un paciente específico, con la identidad genética de las células tumorales.

Destaco la Comisión Asesora del Cáncer, que es una entidad técnica, independiente del gobierno de turno»
Doctor Mauricio Mahave (Falp), sobre los avances en políticas públicas.
Esos kilos de más
Hoy existen múltiples estudios internacionales que confirman cómo los kilos de más, la comida chatarra y el sedentarismo favorecen el desarrollo de tumores (Leer artículo “Ni mucho ni poco: la alimentación balanceada que ayuda a prevenir el cáncer”). Un dato frente al cual los chilenos debemos estar alertas si consideramos que pasamos a ser el país OCDE con las mayores tasas de obesidad y sobrepeso.
“La obesidad favorece la producción de sustancias que estimulan el crecimiento de células malignas como en el caso del cáncer de colon, endometrio y ovario, entre otros”, afirma el doctor Gallardo sobre tres tipos de tumores que, justamente, están aumentando la incidencia en nuestro territorio.

Un gran avance es la aprobación de la Ley del Cáncer. Sus recursos son limitados por ahora ($60.000 millones anuales comparados con los $100.000 millones de la Ley Ricarte Soto), pero es bueno tener un piso financiero”.
Doctora Berta Cerda (INCáncer)
El sobrepeso y el sedentarismo, también explicaría por qué entre los chilenos jóvenes (menores de 50 años y hasta en millennials), hoy los especialistas pesquisan cáncer de colon y páncreas con mayor regularidad.
Microbios “buenos”
La microbiota -esos millones de microorganismos “buenos” que habitan en nuestro cuerpo- influye en forma importante en si la persona tiene un sistema inmune fuerte o deficiente y, por lo tanto, si es proclive a desarrollar ciertos tipos de tumores. Además, la evidencia -publicada en prestigiosas revistas como The Lancet- muestra cómo este factor puede alterar para bien o para mal los tratamientos oncológicos.
Según la doctora Sharma, ya es un dato definitivo que los microorganismos buenos (asociados con alimentos ricos en fibra, por ejemplo) juegan un papel en la forma en cómo responden los pacientes a los fármacos de inmunoterapia. Eso sí, falta conocer más a esos seres diminutos que conviven junto a nosotros y, si acaso, es posible manipularlos en favor del paciente. ¿Transferimos microbioma bueno a una persona que no lo tiene? ¿Evitamos, por ejemplo, los antibióticos?, son algunas de las preguntas que se formula la especialista en sus apuestas para este año publicadas en Cancer Research Institute.
Como una serie de estudios están intentando resolver este enigma, Sharma tiene esperanza en que pronto se obtendrá un enfoque más preciso acerca de cómo manejar el microbioma para impulsar el beneficio clínico en los tratamientos.