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Ley de Fármacos II: al final lo que importa es el precio

Debate sobre el proyecto dejó en claro que más allá del rotulado, marca, bioequivalencia o restricciones a la receta, lo relevante es abaratar los medicamentos.

La idea de considerar a los remedios como un “bien social” y no sólo como un producto comercial, parece tener consenso entre los médicos. Y aunque surgen matices en el debate, al momento de las conclusiones hay una que se repite: los chilenos pagan los medicamentos más caros de la región. Su precio es dos y hasta tres veces más alto que en los países vecinos. Y esa realidad hay que cambiarla.

Esa es la impresión que dejó el Conversatorio Ley de Fármacos II: efectos sobre ejercicio profesional médico y acceso a la información de los pacientes, organizado por la Asociación de Sociedades Científicas-Médicas de Chile (Asocimed), y la Facultad de Ciencias de la Universidad Mayor.

En la ocasión expuso el abogado Cristián Barros, quien comentó diversos aspectos de este proyecto de ley que está pronto a ser votado en la Cámara de Diputados, y que después debe pasar al Senado para su ratificación. Algunos puntos que, en su opinión, pueden ser polémicos son el papel de los visitadores médicos, el tamaño de la marca comercial en el envase, la prohibición de publicitarlas y la regulación de las recetas médicas.

El precio de los medicamentos en Chile pueden ser el doble que en Argentina, y hasta el triple que en Bolivia o Perú, advirtió la doctora Patricia Muñoz.

El también abogado Jorge Correa Sutil, presentó a continuación un resumen de su Informe en Derecho Libertad de los médicos para prescribir fármacos. El jurista llamó la atención sobre el punto de equivalencia farmacéutica y para ello citó a la Organización Mundial de la Salud (OMS): “no implica necesariamente equivalencia terapéutica”. Por otra parte, advirtió que la exigencia de que los médicos sólo podrán recetar productos por su denominación común internacional (DCI), sin incluir marcas, “limita el ejercicio de la libertad de expresión”, ya que le impediría expresar su opinión profesional -fundada en el saber científico- respecto al tratamiento de sus pacientes.

Correa Sutil destacó “tres vicios de constitucionalidad del proyecto” que, de ser aprobado, permitiría llevarlo ante el Tribunal Constitucional (TC) para zanjarlos.

Luego participaron en un panel Gonzalo Arenas, abogado y asesor legislativo del Ministerio de Salud; el doctor Eghon Guzmán, presidente de Asocimed; el doctor Roberto Estay, presidente del departamento de Políticas, Salud y Estudios del Colegio Médico;  la doctora Patricia Muñoz, presidenta de la Asociación de Facultades de Medicina de Chile (Asofamech); Tatiana Corbeaux, directora ejecutiva de la Fundación Oncológica Oncoloop, y el doctor Rodrigo Irarrázaval, presidente de la ONG Médicos si Marca. Moderó el encuentro la doctora Lorena Hoffmeister, directora de la Escuela de Salud Pública de la Universidad Mayor.

Los medicamentos son un bien social (…) Hay que disminuir el ‘costo de bolsillo’ que es muy alto. El Estado debe cumplir su rol”.

Doctora Patricia Muñoz (Asofamech)

Si bien todos coincidieron que el proyecto Fármacos II introduce diversas mejorías a la ley existente, Arenas advirtió que al tener algunos vicios de constitucionalidad que se pueden ganar ante el TC, esto puede forzar la presentación de una Ley de Fármacos III, que significaría nuevas regulaciones.

El doctor Guzmán pidió no olvidar que los medicamentos son la principal herramienta terapéutica médica, por lo que se deben exigir buenas prácticas de manufactura (GMP) en su fabricación.

“Los fármacos que no cumplan la bioequivalencia deben salir del mercado”, afirmó el doctor Estay. Y advirtió que los visitadores médicos no sólo informan, sino que son una herramienta fundamental del marketing farmacéutico. Por último, llamó a reducir los costos de producción, al que se le agrega el de comercialización y el de cobertura, lo que en parte explica los altos precios de estos productos en el país.

La doctora Muñoz pidió fármacos confiables, seguros y de calidad. “Los medicamentos son un bien social”, recalcó. Y advirtió que en Chile valen el doble que, en Argentina, o el triple que en Perú y Bolivia. “Hay que disminuir el ‘costo de bolsillo’ que es muy alto. El Estado debe cumplir su rol”.

La obligación de transparentar este mercado fue donde puso el énfasis el doctor Irarrázaval. Según el especialista, está comprobado que el médico que es visitado por la industria receta más sus productos, en lugar de lo que indica la evidencia científica: “La rotulación farmacéutica es una herramienta de marketing que termina por confundir a los médicos. (…) Limitar la marca es importante”

Corbeaux destacó la importancia de educar y de que en farmacias existan los productos de más bajo costo, los que muchas veces no se encuentran disponibles.

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