Análisis de la microbiota: un avance en la pesquisa del cáncer de colon
El Instituto Oncológico FALP está desarrollando una investigación que prueba el vínculo entre las alteraciones de los microorganismos del intestino y la aparición de este tipo de tumor.
Presente en diferentes partes del cuerpo humano –y en el de todos los seres vivos-, la microbiota es un conjunto de microorganismos que tienen como función mantener el sistema inmune en perfecto equilibrio para que actúe de manera defensiva contra eventuales agentes patógenos. Hongos, bacterias y algunos virus integran esta barrera de protección, cuyas características varían dependiendo del lugar de la anatomía en la que se encuentre.
Además de las axilas, los pulmones, la piel y la boca -entre otras zonas-, uno de los hábitats de la microbiota es el intestino, que durante 2022 se convirtió en protagonista de un estudio desarrollado por el Instituto Oncológico FALP con el propósito de profundizar en el conocimiento de la “identidad” intestinal de los chilenos: aún en curso, la investigación se ha centrado en el vínculo entre la colonia de microorganismos que en él vive y el cáncer de colon.
Se trata de una iniciativa inédita en Chile en lo que se refiere al desarrollo de patologías oncológicas, según explica el doctor Franz Villarroel, jefe de Medicina Traslacional de esa institución, quien precisa que, hasta ahora, en el país se han emprendido sólo estudios generales de la alteración de la microbiota –conocida como disbiosis- como causante de enfermedades digestivas no oncológicas.
El ensayo de FALP, en cambio, ha reclutado pacientes a los que se les ha prescrito una colonoscopía para pesquisar una posible lesión tumoral. Cada participante entrega una muestra de sus deposiciones y ésta es examinada por secuenciación masiva, una técnica de biología molecular de última generación que permite analizar ADN –humano y el de los diversos microbios- después de que ha sido extraído de las heces.
Las muestras procesadas hasta ahora han arrojado información reveladora. Villarroel cuenta que, basándose en 32 casos, han encontrado que 7 de 8 pacientes con cáncer de colon presentan en su microbiota la bacteria Fusobacterium nucleatum, un microorganismo que habita naturalmente en la boca y que en un escenario de desequilibrio o disbiosis -causado por la falta de higiene bucal, un sistema inmune debilitado o una dieta rica en azúcares- migra hacia el intestino e incidiría en el surgimiento de un tumor.
“Otros hallazgos importantes se relacionan con el hecho de que la composición bacteriana de un paciente con cáncer de colon es distinta de aquella presente en el intestino de un individuo sano y también de la que se ha detectado en personas con otros tipos de cáncer, tales como de pulmón y de próstata. La microbiota se modifica dependiendo del tipo de enfermedad. Por eso es tan importante que los estudios incluyan información clínica de los participantes”, precisa Villarroel.
Mientras sigue reclutando pacientes para esta iniciativa y procesando muestras, FALP ha diseñado un estudio clínico que se desarrollará desde enero entre usuarios de los centros de salud pública de Temuco y Panguipulli. En esas comunas serán examinadas las deposiciones de 50 personas con y sin sospecha de tener cáncer de colon, pero esta vez el método de análisis no será la secuenciación masiva -cuyo costo es muy elevado-, sino un test PCR -similar al que se usa en la detección del COVID-19-, cuyo valor es más asequible.
“El objetivo es probar si los resultados del ensayo que estamos desarrollando son representativos del resto de la población”, explica Franz Villarroel. “Uno podría dibujar el cuerpo humano con distintos tipos de bosque, como los que hay de norte a sur de Chile: tamarugo, araucaria, selva valdiviana, en fin. Con la secuenciación masiva hemos logrado ver el bosque desde fuera y la variedad de árboles del mismo. Ahora tenemos que distinguir entre la diversidad del intestino humano: la Fusobacterium nucleatum es, en esta analogía, un árbol que antes no formaba parte del ecosistema de un determinado bosque”, ilustra el profesional.
«La composición bacteriana de un paciente con cáncer de colon es distinta de aquella presente en el intestino de un individuo sano.»
Dr. Franz Villarroel
Las investigaciones que se han emprendido en el campo de la microbiota podrían mejorar significativamente la eficiencia de los mecanismos de pesquisa del cáncer de colon, que en la actualidad se inician con un test que detecta sangre oculta en las heces. Un resultado positivo se considera una señal de alerta de un eventual tumor en ese órgano y, por lo tanto, a esos pacientes se les pide que se sometan a una colonoscopía.
“Aunque la presencia de sangre en las deposiciones no siempre se relaciona con un tumor, un médico no puede correr el riesgo de ignorar el sangrado y debe ordenar una colonoscopía, examen para el que hay largos tiempos de espera en nuestro sistema de salud”, explica Villarroel. Por eso, identificar un biomarcador específico del cáncer de colon a través de técnicas no invasivas y de bajo costo constituye, entonces, una gran ventaja, ya que permitiría priorizar de mejor manera el acceso a las colonoscopías.