Educación, detección temprana y nuevas terapias: la tríada contra el cáncer de pulmón
Los nuevos análisis genéticos de este tumor -que sigue siendo el de mayor mortalidad- ayudan a encontrar medicamentos específicos para cada mutación. Al combinarlos se ven resultados prometedores.
Los progresos más esperanzadores en cáncer, habitualmente, corresponden a la aparición de nuevos fármacos que aumentan la sobrevida de los pacientes.
Pero también existen otros factores que son relevantes. Por ejemplo, quienes solo tienen educación básica, presentan una mortalidad 10 veces mayor por esta enfermedad que los que cuentan con una profesión.
“Hoy reconocemos la importancia de las condicionantes sociales en salud. Contar con una buena atención primaria y programas de prevención, ayudan a tener un mejor pronóstico en cáncer y otras enfermedades”, explica la psicóloga Daniela Rojas, presidenta de la Asociación de Psicooncología de Chile y directora ejecutiva de la Corporación Yo Mujer.
Esta especialista advierte que vivimos tiempos en que se pone toda la responsabilidad de la enfermedad en el paciente. “Tú eres 100% responsable de tu salud, del dinero que ganas o del éxito que tienes. Y esto es sólo parcialmente cierto. Por ejemplo, alguien muy saludable y que no fuma, puede también desarrollar cáncer de pulmón”, dice Daniela.
Daniela Rojas, presidenta Asociación de Psicooncología de Chile.
Hoy reconocemos la importancia de las condicionantes sociales en salud. Contar con una buena atención primaria y programas de prevención, ayudan a tener un mejor pronóstico en cáncer y otras enfermedades”.
En tanto, un estudio de The Lung Ambition Alliance, de julio pasado, reveló que la relación con el fumar ha creado un estigma -del tipo “tú te lo buscaste”- muy difundido hacia las personas con cáncer de pulmón. Esto afecta por igual a fumadores y no fumadores. Y así, cuando la persona presenta síntomas como tos persistente, ronquera, falta de aire o dolor en el pecho; posterga lo más posible su visita al médico por temor a este estigma. Y esto lleva a que se detecte tarde la enfermedad.
Asimismo, “la carga emocional causada por este diagnóstico es mucho mayor que para otros tumores, y el estigma explica buena parte de esto. Además, tradicionalmente, el cáncer de pulmón ha recibido menos atención y financiamiento que otros tumores, a pesar de su enorme impacto económico y social”, advierte el informe (https://bit.ly/3zv90U4).
Hoy este panorama está cambiando. Se están produciendo muchos progresos terapéuticos en el ámbito de las terapias biológicas. Algo muy necesario para un cáncer que, en Chile, aunque ocupa el quinto lugar en incidencia (casos nuevos), sigue teniendo el primer lugar en mortalidad.
“Este lugar se explica porque, en el 60% de los casos, el diagnóstico es tardío”, explica el doctor Ronald Rodríguez, oncólogo médico del Instituto Nacional del Cáncer.
Doctor Ronald Rodríguez, oncólogo médico del Instituto Nacional del Cáncer.
Esta alta mortalidad (en cáncer de pulmón) se explica porque, en el 60% de los casos, el diagnóstico es tardío”.
Y esto podría cambiar con solo un examen. “Cuando el paciente es mayor de 55 años y durante 30 años ha fumado hasta 30 cigarrillos diarios, se le puede tomar un escáner de baja radiación para descartar o confirmar la enfermedad”, dice el doctor Rodríguez.
Si estos antecedentes no existen (un 20% de los pacientes nunca ha fumado) y hay sospecha de que existe este tumor, se pide un escáner sin contraste.
Ambas alternativas permiten detectar en forma precoz este cáncer y, así, pasa de ser una condición fatal a una tratable, con un impacto muy positivo en calidad de vida.
“Además, hay que tener en cuenta que los nuevos medicamentos son más potentes y tienen menos efectos adversos”, agrega Rodríguez.
Por último, la genética también está presente en esta enfermedad, aunque no siempre. Cuando hay mutaciones las más frecuentes son EGFR, KRAS y ALK, que favorecen el desarrollo tumoral.
La industria de la innovación farmacéutica sigue investigando y produciendo terapias para estas variedades, y mejorando así el pronóstico de esta enfermedad, que representa el 18% de las muertes por cáncer.
“Si a lo anterior agregamos campañas para dejar de fumar, que eduquen en lugar de atemorizar, creo que esta situación podrá mejorar”, concluye Daniela.
