Hasta 30% de linfomas rebeldes son curables gracias a nuevas tecnologías
La técnica ha logrado a quienes padecen algunos tipos de linfomas y leucemias que eran prácticamente intratables.
Los linfomas representan en el mundo el noveno cáncer por su frecuencia y, del total de muertes por esta enfermedad, ocupan el décimo lugar. Estamos ante una familia de tumores que afectan la sangre y que en Chile tiene una distribución similar, según las cifras más recientes de la OMS (Globocan 2022).
Esta dolencia afecta a los linfocitos, que son parte fundamental del sistema inmune de las personas, quienes finalmente se quedan sin defensas con un fatal desenlace. Así era al menos el escenario habitual hasta hace unos años. Hoy los avances científicos han dado un vuelco.
«Los linfocitos se pueden transformar en anticuerpos o en células que atacan directamente a las infecciones”, explica el doctor Stephen Ansell, hematooncólogo de Clínica Mayo de Minnesota, EE. UU.
El especialista e investigador detalló en una videoconferencia con CancerLATAM los importantes avances en el tratamiento que hoy logran curar esta enfermedad y donde destacan las terapias que usan los linfocitos T del propio paciente. Estas células inmunes se extraen del enfermo y en el laboratorio se les añade un gen con un receptor llamado CAR, el cual se adhiere a las células tumorales y las destruye.
“Para ser honesto, sólo estaremos conformes cuando las muertes por linfoma sean cero gracias a que todos puedan acceder a estos tratamientos y sanar su enfermedad”
Doctor Stephen Ansell, hematooncólogo de Clínica Mayo de Minnesota, EE. UU
“Los linfomas se agrupan en los de tipo Hodgkin y los No Hodgkin” -explica el doctor Ansell-, siendo estos últimos seis veces más frecuentes. Estamos ante tumores que son muy distintos unos de otros: como afectan a las células inmunes que viajan por la sangre a distintos tejidos y órganos pueden dar una variedad muy diferente de síntomas”, advierte el especialista.
Las señales más tempranas son el aumento del tamaño de los ganglios linfáticos, casi siempre sin dolor, y que se pueden detectar como abultamientos en las axilas, en el cuello o en la zona inguinal. En otros casos, puede haber fiebre alta, sudoración nocturna y una gran pérdida de peso sin razón aparente.
Ante cualquiera de estas manifestaciones hay que consultar al médico. “Y para un diagnóstico certero hay que hacer una biopsia de estos ganglios”- agrega Ansell- “ya que sólo así es posible pesquisar linfomas de comportamiento más agresivo, los más difíciles de tratar, aunque representan una minoría. La mayoría de los pacientes hoy se benefician de muy buenos tratamientos que han surgido en los últimos años”.
Por muchos años lo convencional era aplicar una quimioterapia básica. Luego surgieron nuevos y eficaces fármacos, como los llamados anticuerpos monoclonales que hoy han aumentado notablemente la sobrevida y la calidad de vida de las personas diagnosticadas.
El progreso más reciente es la ya mencionada terapia de células T con CAR, pero el problema es que se trata de una tecnología de alto costo. Por ahora está disponible en países desarrollados (no está en Chile) y necesita bajar su precio para llegar a todos los pacientes. En Europa alcanza los 300 mil euros, unos $300 millones de pesos chilenos.
“Para ser honesto, sólo estaremos conformes cuando las muertes por linfoma sean cero gracias a que todos puedan acceder a estos tratamientos y sanar su enfermedad”, concluye el doctor Ansell.