Impacto social del cáncer supera los US$2 mil millones
El cáncer es una enfermedad de un alto costo social y financiero. Esta realidad es patente en un país como Chile, donde se espera que para el 2020 sea la primera causa de muerte entre sus habitantes. Sólo el 2009 su impacto económico alcanzó a los US$2.100 millones, lo que corresponde al 12,6% del gasto […]
El cáncer es una enfermedad de un alto costo social y financiero. Esta realidad es patente en un país como Chile, donde se espera que para el 2020 sea la primera causa de muerte entre sus habitantes. Sólo el 2009 su impacto económico alcanzó a los US$2.100 millones, lo que corresponde al 12,6% del gasto total en salud.
“Chile tiene el triste récord de ser el país de la OCDE con el más alto gasto de bolsillo en salud, y la mitad de éste es en medicamentos. Si consideramos los altos costos de los tratamientos oncológicos, vemos un escenario con la potencialidad de transformarse en un problema catastrófico”, explica Oscar Arteaga, doctor en Salud Pública y profesor asociado de la Universidad de Chile.
Los expertos apuestan por una agencia técnica para evaluar los nuevos tratamientos en atención a su costo-beneficio, tal como lo hacen países como Australia, Reino Unido y Canadá.
Manuel Espinoza, académico del Departamento de Salud Pública de la Universidad Católica, es partidario de la creación de una Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias, como las que tienen Australia, Canadá o el Reino Unido. Estas entidades de excelencia técnica serían las encargadas de estimar “si vale o no la pena pagar por una nueva terapia al precio que se está cobrando”. El tema es relevante ya que hoy existen medicamentos que aumentan considerablemente la sobrevida en algunos pacientes. Y si a esto se suma que hablamos de tratamientos con menos efectos adversos, “la decisión de qué se paga y de qué no se paga” se hace todavía más difícil, advierte Espinoza.
El sistema GES cubre 14 tumores y la Ley Ricarte Soto apunta en la misma dirección. Sin embargo, para el doctor Arteaga no es suficiente ya que el cáncer empobrece a las personas de diversas formas. Por ejemplo, hay muchas zonas del país que no tienen cobertura, y si a una persona de Arica le diagnostican un tumor maligno, va a tener que trasladarse a Santiago para tratarse. Este sólo desplazamiento, con sus pasajes, estadía e imprevistos -explica el experto- implica un gasto extra a las altas sumas del tratamiento propiamente tal, sin contar con que muchas veces resulta necesario que el paciente deje de trabajar.