La «tele-revolución» oncológica que trajo el Covid-19
Más de 500 pacientes participaron en un estudio británico cuyos promisorios resultados fueron destacados por presidente del Real Colegio Médico. El doctor Martin Marshall estima que hasta el 50% de las consultas podrían continuar haciéndose de manera remota.
Las personas con cáncer están experimentando importantes contratiempos debido a la emergencia sanitaria global, como menos diagnósticos oportunos, postergación de tratamientos y mayor incertidumbre.
Son costos que, en algunos casos, incluso podrían incidir en el aumento en la mortalidad. Lo positivo es que las crisis son momentos de avances científicos relevantes que, en el caso de la pandemia, van más allá del desarrollo de vacunas en tiempo récord: también hemos sido testigos del progreso de variadas tecnologías, entre ellas, aplicaciones que facilitan el cuidado remoto de las personas.
hemos tenido cinco años de innovación en cinco semanas”
Doctor Richard Roope (Cancer Research UK)
“Una de las consecuencias no previstas (de esta pandemia) es que, con la telemedicina, el número de casos que un médico puede manejar a diario se ha incrementado de manera tremenda”, explica el doctor Richard Roope, consejero clínico de la fundación Cancer Research UK, del Reino Unido.
La necesidad hizo posible el surgimiento acelerado de nuevas aplicaciones de tecnologías digitales: “Hemos tenido cinco años de innovación en cinco semanas”, respondió entusiasmado Roope a The Lancet Digital Health.
La médico oncóloga Ana María López, de la Universidad Thomas Jefferson, explica que en Estados Unidos “muchos centros de atención de cáncer pasaron de tener 40 consultas de telemedicina al año a 4.000 al mes”.
Estas cifras superlativas llevaron al doctor Martin Marshall, presidente del Real Colegio Médico del Reino Unido, a predecir que hasta la mitad de las consultas médicas continuarán realizándose de manera remota, después de que se supere la crisis por el Coronavirus.
“La opción del monitoreo online tiene el potencial de que es centrado en el paciente, seguro y efectivo para apoyarlo mientras dura el tratamiento, sin aumentar la carga de trabajo médico que implican los cuidados oncológicos”, detalla la doctora Galina Velikova, del Centro de Cáncer de la Universidad de Leeds, en el Reino Unido.
Este centro de estudios realizó un ensayo con el denominado sistema eRAPID, en el que participaron 508 pacientes oncológicos de entre 18 y 86 años, quienes comenzaban recién a recibir su quimioterapia. De ellos, 256 fueron apoyados por esta aplicación.
muchos centros de atención de cáncer pasaron de tener 40 consultas de telemedicina al año a 4.000 al mes”
Doctora Ana María López (Universidad Thomas Jefferson)
Estos últimos (las personas apoyadas por telemedicina) , respondían una serie de preguntas específicas de cáncer una vez a la semana o cada vez que aparecieran nuevos síntomas. La investigación- financiada por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos- duró 18 semanas, y sus resultados fueron dados a conocer ahora en enero. El objetivo general consistió en confirmar o descartar que el control de síntomas en el paciente podía mejorar por medio de consejos automatizados.
El cuestionario cubrió temas como el grado de dolor, la intensidad de las náuseas, tiempo que pasa en cama y el hecho de no satisfacer las necesidades de la familia. Las respuestas y los síntomas referidos quedaron registrados en la ficha electrónica del paciente, quien recibía orientación online inmediata o la sugerencia de contactar a su hospital o clínica. Cuando los síntomas eran graves, el sistema alertaba directamente al médico responsable.
EL CASO CHILENO
Estas ventajas son bien conocidas por Teleker, un emprendimiento de telemonitoreo para pacientes crónicos que obtuvo el tercer lugar en el Programa Desafíos en Cáncer 2019, en Chile.
“Nosotros trabajamos en esta área desde hace varios años, pero aún no habíamos incursionado en la utilización de nuestra plataforma en personas con cáncer”, explicó en la ocasión Fabián Luis Pie, CEO de este proyecto. En todo caso, los expertos coinciden en que estamos ante un cambio de envergadura que plantea retos, como la necesidad de que el paciente cuente con un computador o un teléfono inteligente, así como conexión a internet. Esta tecnología también tiene un lado menos amable: la pérdida de contacto y calidez en la relación médico-paciente, algo complicado de conseguir a través de una pantalla.
Ahora, puestos los pro y los contra en una balanza, situaciones como la crisis por el virus SARS CoV-2 demuestran que esta opción tiene claras ventajas en varias situaciones.
