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Cáncer de Tiroides triplica casos: ¿Mayor radiación ambiental?

En el Día Mundial contra esta enfermedad conversamos con el doctor René Díaz, quien considera que una forma de prevención es exigir el uso de protección durante los escáner o radiografías; incluso al dentista. “Es algo que está normado”, dice sobre esta patología que afecta en mayor proporción a mujeres.

Según el sentido del humor de los médicos -negro, casi siempre- hay una enfermedad conocida como “el cáncer de los oncólogos”: en la hipotética encrucijada de elegir un tipo de tumor, es el de tiroides el que arrasa en preferencias entre los especialistas. ¿La razón? Su buen pronóstico, ya que la sobrevida a cinco años en nuestro país está por sobre el 95%.

  Pero esta enfermedad no es chiste.

una buena forma de prevenir es exigir protección al momento de someterse a rayos X o a un escáner, especialmente si se dirigen a la zona cervical»

Doctor René Díaz (Instituto Oncológico Falp)

Hay que estar alertas a las señales que envía nuestro cuerpo, porque cualquier patología que afecte a esta glándula con forma de mariposa -ubicada justo bajo la laringe y encima del esternón- puede traer serias consecuencias. Se trata de un órgano que secreta las hormonas clave para el correcto funcionamiento del metabolismo y, en el caso de detectarse un nódulo de características malignas, hay una posibilidad (baja, pero real) de que provoque metástasis, es decir, tumores a distancia.

   “En los últimos 30 años vemos que se triplicó su incidencia (número de casos diagnosticados por cien mil habitantes), según reportes de Estados Unidos. Esta realidad también afectaría a Chile, ya que los datos más fidedignos que tenemos son de siete casos por cien mil chilenos, cifra que sube a 11.7 si se trata de mujeres”, explica el endocrinólogo René Díaz en una conversación con CancerLATAM con motivo de conmemorarse este 24 de septiembre el Día Mundial contra el Cáncer de Tiroides.

  Con estos números, el especialista de la Falp apunta a una investigación publicada el 2014 y realizada por la Sociedad Chilena de Endocrinología y Diabetes, en colaboración con la Sociedad Chilena de Anatomía Patológica y el Ministerio de Salud (Minsal).

El estudio -bautizado como INCATIR y liderado por los médicos Jorge Sapunar, Sergio Muñoz y Juan Carlos Roa- analizó biopsias de 2.614 tiroidectomías (remoción total o parcial de la glándula) efectuadas en el país, tanto en el sistema público como privado. Pues bien, cerca del 50% presentaron cáncer y, extrapolando estas cifras, la incidencia resultó ser el doble de la estimada oficialmente. Si estos datos se proyectan al 2020, la situación en Chile es similar a la reportada por investigadores norteamericanos. Es decir, hay un incremento importante de nuevos casos anuales entre los chilenos, que hasta triplica el número de Cáncer de Tiroides en nuestra población.

los datos más fidedignos que tenemos son de siete casos por cien mil chilenos, cifra que sube a 11.7 si se trata de mujeres”

Doctor René Díaz (Falp)

   La buena noticia es que este aumento no va acompañado de un alza en la mortalidad.

El doctor Díaz explica que se manejan dos hipótesis:

   “La primera es que estos resultados obedecen a una mayor pesquisa de tumores, ya que hoy es mucho más rutinaria la realización de un escáner o de una ecografía que hace 30 años. La segunda hipótesis apunta a la existencia de un factor ambiental detrás de este aumento, y que estaría relacionado con una mayor exposición de la población a radiografías y escáner: la tiroides es una glándula sensible a las radiaciones externas, como las que provocan estos exámenes de imágenes, y que pueden derivar en un cáncer. ¡Para qué decir a la radioterapia!”

Por eso, una buena forma de prevenir -agrega- es exigir protección al momento de someterse a rayos X o a un escáner, especialmente si se dirigen a la zona cervical. También debería tomarse la misma precaución en el caso de una radiografía de un pie, aunque parezca exagerado:

   “Las pecheras y el protector cervical son obligatorios en los exámenes de imágenes. Está normado por la autoridad sanitaria y el paciente tiene derecho a exigirla; también al dentista, donde son habituales las radiografías que afectan el área donde se ubica la tiroides. Estas prevenciones deben extremarse si hablamos de menores de 18 años”.

   La forma más común de pesquisar  un Cáncer de Tiroides es por la aparición de una masa en el cuello (la ecografía de screening no está indicada en personas sin factores de riesgos). Como apenas entre un 5% y un 10% de estos nódulos son malignos, y un gran número de mujeres los presentará en su vida sin desarrollar cáncer (alrededor de 60% de las mayores de 40 años), la cirugía no es la primera opción. Sí corre para los de tamaño importante, aquellos que muestran rasgos neoplásicos o si hay factores de riesgo involucrados, tales como exposición a radiación cervical antes de los 18 años, familiares directos con la enfermedad o alguna condición genética que la predisponga. Entonces, el médico realiza una biopsia por punción que definirá la familia del tumor (papilar, la inmensa mayoría) y su malignidad. Si presenta un bajo riesgo de invasión de otros tejidos y por su tamaño o ubicación no causan molestias, no va necesariamente a pabellón, pero debe someterse a un estricto seguimiento para extirparlo en caso de que comience a mostrar un comportamiento sospechoso.

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Crédito foto: Universidad Los Andes.

las nuevas terapias orales no están en la canasta del Minsal, pero estamos realizando las gestiones para que se incorporen, ya que los pacientes responden muy bien”

Doctor René Díaz (Falp)

  Una vez realizada la tiroidectomía (parcial, total o con disección de los ganglios), un comité decide aplicar o no terapia con yodo radiactivo, en atención a si existen riesgos de recurrencias o de enfermedad residual. En caso de que el cáncer no responda a este tratamiento -lo que ocurre en un porcentaje muy menor de pacientes- la única alternativa son los fármacos orales inhibidores de tirosina quinasa, ya que se trata de tumores donde la quimioterapia tradicional no funciona.

   “Estas nuevas terapias con inhibidores de la tirosina quinasa no están en la canasta del Minsal, pero estamos realizando las gestiones para que se incorporen. ya que los pacientes responden muy bien al tratamiento. El problema es que, por su alto costo, no hay posibilidad de que una persona promedio las pague”, explica el doctor Díaz.

   El Cáncer de Tiroides ingresó el año pasado al programa GES y el estado garantiza el diagnóstico, la cirugía y el tratamiento con yodo radiactivo. Los pacientes que no responden al protocolo convencional hoy están acogidos a un plan de uso compasivo desarrollado por los laboratorios para obtener los nuevos fármacos orales, “pero lo ideal es garantizarlo por el GES”, explica el especialista.  

  

 

  

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