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Crédito: Clínica Mayo
Prevención

Detección precoz (y cura) del cáncer de pulmón es posible

Un buen seguimiento en los pacientes de alto riesgo hace hoy la diferencia. El doctor de la Clínica Mayo, Sebastián Fernández-Bussy, visitó Chile y dio a CancerLATAM una nueva y alentadora perspectiva. La biopsia líquida y la robótica es lo que viene.

Nancy DeVitto (su nombre fue cambiado) tiene 52 años y fuma desde los 15.  Hace menos de un año ingresó en Estados Unidos a un programa de screening o chequeo para pacientes con alto riesgo de sufrir cáncer al pulmón. No estaba muy convencida de ir al hospital, ubicado en una ciudad del medio oeste de ese país, porque se sentía en excelentes condiciones: practicaba deportes tres veces a la semana, comía sano y, lo más importante, -pensó- no tenía síntoma alguno. Ni tos, ni tampoco dolor.

Pero ahí estaba la cajetilla de cigarros siempre lista en su cartera. Hasta que su familia la convenció de que se realizara un examen. No perdía nada. Fue así como Nancy cambió una mañana de tenis por una consulta para un escáner de tórax. La sorpresa fue mayúscula: en el pulmón derecho aparecía un nódulo como una nube pequeña. Como la mancha era muy menor y no existían ganglios comprometidos, se decidió -tal como dicta el protocolo de screening en estos casos- hacer un segundo escáner seis meses después. Para entonces, la nube había cambiado su forma. Nancy debió someterse a una biopsia que confirmó un cáncer al pulmón. La cirugía y los fármacos fueron los siguientes pasos.

Las nuevas tecnologías pueden curar un cáncer al pulmón si es pesquisado en una etapa precoz. Cuando una persona tiene un nódulo pequeño y resulta maligno, el dato que tenemos es de 75% o más de sobrevida a los cinco años. Y hay pacientes que se curan, donde el tumor no recidiva (no vuelve a aparecer)»

Doctor Sebastián Fernández-Bussy (Clínica Mayo)

El cáncer de pulmón es el que provoca más muertes en el mundo. Nuestro país también se sumó a esta tendencia con 3.581 decesos al año (Globocan 2018), luego de superar al de estómago que se mantuvo bajo control gracias a políticas de prevención. Una de las razones de esta alta tasa de mortalidad es que el pulmón sólo da síntomas en sus etapas más avanzadas cuando, por lo general, ya no queda mucho por hacer. Si Nancy hubiese esperado toser y/o adelgazar, otra sería su historia.

Es la buena estrella de una política pública bien pensada de screening o tamizaje, como la que nos describió el neumólogo de la Clínica Mayo (EE. UU), Sebastián Fernández-Bussy:

“A los pacientes de alto riesgo como fumadores, exfumadores, personas que hayan estado expuestas al radón, a la polución, o al asbesto, se les somete a un screening. Hasta ahora el mejor es el escáner seriado”.

En Estados Unidos está protocolizado -explica el especialista- que toda persona mayor de 50 años que sea un fumador potente, se realice un escáner de tórax- Si ese examen muestra un nódulo pulmonar, hay que seguirlo con otro cada seis meses por dos años, para ver si esa lesión crece o presenta algún cambio. Ahora, si el paciente no muestra nada en el primer escáner, el examen se repite en cinco años más. El hallazgo de Nancy no es lo usual, ya que más del 90% de quienes se someten a este chequeo no presentan una imagen sospechosa.

Las consecuencias positivas son enormes. Un cáncer pulmonar detectado en etapas tempranas como el de la señora DeVitto, tiene una sobrevida a los cinco años de hasta un 80%; mientras que, sin chequeos, en etapas avanzadas, ese porcentaje baja a 10%.

Crédito foto: Clínica Mayo.

Por supuesto, como en todas las enfermedades, la condición genética existe, pero los factores de riesgo -como el tabaquismo o estar expuesto al asbesto-, en el caso del pulmón, resultan determinantes: de diez casos, apenas en uno no se observan estos condicionantes medioambientales o de conducta, como fumar, explica el médico.

Un chequeo temprano con un simple escáner de tórax, sumado a nuevas técnicas diagnósticas mínimamente invasivas y a tratamientos con drogas personalizadas, convierten hoy al cáncer de pulmón en una enfermedad donde la palabra cura no es ciencia ficción.

“Entre las nuevas técnicas diagnósticas está la biopsia líquida. Aquí no es necesario obtener tejido del pulmón, sino que basta con un examen de sangre donde se analizan los diferentes marcadores tumorales que nos pueden dar un indicio de que hay un cáncer pulmonar. Aún no es de rutina, pero es lo que viene, ya que se están realizando estudios para que un pinchazo sea suficiente para confirmar la enfermedad. Ahora, si con esta técnica quedan dudas, recién se realizaría una biopsia (tradicional) al nódulo”, explica.

En muchos casos, hoy ni siquiera es necesario realizar una cirugía para tomar una muestra directa del tejido sospechoso.

“Contamos con métodos mínimamente invasivos. Uno de ellos es la broncoscopía guiada con un sistema de navegación virtual. Esta técnica nos permite navegar por el árbol bronquial hasta llegar a ese nódulo y tomarle una biopsia. Y en un año estará disponible la broncoscopía robótica que es en una de las investigaciones en las que estoy participando. Es decir, los mismos procedimientos robóticos que se utilizan en cirugías en distintas partes del cuerpo, estarán disponibles para analizar estos nódulos en el pulmón.”, anuncia Fernández-Bussy.

La broncoscopía robótica se maneja desde una consola y resulta mucho más precisa al momento de recorrer el árbol bronquial y llegar a lugares complicados. Es aún menos invasiva y, por lo tanto, con menos riesgos de complicaciones para el paciente. Y hay un dato que la convierte en una técnica todavía más interesante: “Cuando se realiza permite que un médico patólogo analice el tejido (biopsia rápida) y, si concluye que se trata de cáncer, apliquemos en ese momento través de la misma broncoscopía robótica radiofrecuencia o microondas de vapor para eliminar el tumor”.

– ¿Podemos decir que, en estos casos, se puede curar un cáncer de pulmón?

-La respuesta es sí. Estos métodos lo pueden curar, porque estamos hablando de que suplantan a la cirugía. O sea, cuando un paciente tiene un nódulo pequeño y resulta maligno, el dato que tenemos es de 75% o más de sobrevida a los cinco años. Y hay pacientes que se curan, que no recidiva (no vuelve a aparecer). O sea, hay curación en el cáncer pulmonar, sobre todo si sumamos la existencia de las nuevas terapias y fármacos especializados, según el tipo de tumor.

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